22 may 2011

La atleta de la Gestapo

Una mujer vestida de hombre, robusta, ávida fumadora y con dos compañías fijas: los cuchillos y sus novias. Con sus ojos de hiena clavados en sus objetivos deportivos, consiguío quebrar récords que ni los hombres habían logrado. 


Violette Morris vivió para el deporte y murió por defender sus ideas. Todo aspirante a héroe desea que se lo recuerde así. Ésta mujer, que se animó al ser deportista cuando era sólo un privilegio reservado para varones, sembró su mote heróico bajo la osucura cruz esvástica. ¿Todo aspirante a héroe desea que se lo recuerde así? 

Fue la sexta hija del barón francés Pierre Jackes Morris y por presiones familiares se casó, a pesar de ser homosexual, con el millonario parisino Gouraud, de quién adquirió las ideas de extrema derecha. Mientras su marido combatía en la Gran Guerra, ella conducía ambulancias, era enfermera en la Cruz Roja y oficiaba de mensajera. 

Con el alto del fuego, Violette se avocó completamente a su carrera deportiva. Fue la pionera del atletismo femenino acumulando 19 medallas y 23 récords mundiales en todos los lanzamientos (peso, a una y dos manos, disco y jabalina) y paradojicamente, no acudió a los Juegos de Amsterdam en 1927, cuando las mujeres debutaron en la disciplina. La Federación Francesa le había negado la licencia por "conducta escandalosa".

Obtuvo también dos récords del mundo en 5 mil metros de ciclismo, fue tres veces campeona de Francia en fútbol, consiguió el Bol d'Or en automovilismo, fue subcampeona de su país en mil metros de natación y segunda en la carrera de motocicletas París-Niza. Además, compitió en waterpolo, tiro con arco, boxeo y aviación. Hasta se extirpó sus senos para volantear más cómoda y estar en igualdad de condiciones con los hombres a los que enfrentaba. Para esta mujer, no existián los límites, de ningún orígen. 


En 1936 el espionaje alemán, en plena época hitleriana, la reclutó e invitó a las Olimpíadas, donde se convirtió en una entusiasta del sistema nazi. Organizó una red de informadores que transmitió a la Gestapo informes sobre las defensas y tanques franceses. Durante la Segunda Guerra Mundial también trabajó para desarticular el SOE (el servicio inglés que apoyaba a la Resistencia). Según uno de sus biógrafos, Raymond Ruffin, dirigió sádicos interrogatorios por los que la apodaron "la hiena de la Gestapo". 

El 26 de abril de 1944, la resistencia francesa le tendió una emboscada y la mataron a balazos de metralleta en su Citroën 15 CV, junto con cinco personas más, entre ellas dos niños.  

“Todo lo que un hombre puede hacer, también Violette lo puede hacer”, sentenciaba. Igualó a los varones en capacidades deportivas, y también superó los límites de lo que un hombre que se digna de ser verdaderamente humano es capaz de hacer.



16 may 2011

Mujeres vs. hombres, deuce

Los protagonistas, Billie Jean King y Bobby Riggs

13 de mayo de 1973. Lugar: Ramona, California. Bobby Riggs había desafiado a Billie Jean King a disputar la primera edición del partido de tenis bautizado como "La batalla de los sexos", hombres contra muejres. Ante la negativa de la norteamericana, fue la tenista australiana Margaret Court quien lo enfrentó. 

El, con 55 años para ese entonces, había logrado como amateur ser número 1 en 1941 y conquistar el US Open y Wimbledon. Luego, ya en el circuito profesional, en 1946 y en 1947, también alcanzó la cima del ránking. Margartet, de 30 años, había logrado esa temporada ubicarse en lo más alto del tenis femenino y en 1970 dejó grabado su nombre en la historia grande tras convertirse en la primera mujer en completar el Grand Slam desde el inicio de la Era Abierta. 

El viejito apabulló a la joven tenista por 6-2 y 6-1 y se llevó consigo, entre drop shots y globos, no sólo el triunfo, sino el orgullo de todo tenis femenino, que luchaba con la flamante WTA por la igualdad de condiciones respecto al circuito masculino.

Billie Jean decidió entonces aceptar la revancha que él le había ofrecido, con una montaña de dólares de por medio. La fecha, 20 de septiembre de 1973, en Houston, Texas. Riggs logró que el encuentro se televisara en todo Estados Unidos, había visto en esta iniciativa un buen negocio, pero sin dudas la motivación de la tenista iba más allá  del dinero. Jugó por su honor.

La entrada al estadio de Billie Jean
La protagonista de aquella épica batalla entró al estadio Astrodome disfrazada de Cleopatra y sentada en una silla que cuatro hombres vestidos como egipcios llevaban sobre sus hombros y con un regalo de bienvenida muy particular para su contrincante: un cerdito bautizado Larimore Hustle. Bobby realizó su entrada triunfal en una carreta transportada por modelos mujeres semidesnudas y su obsequio, un chupetín gigante. Tanta parafernalia en los minutos previos no le quitó las luces a lo que sucedió dentro de las líneas blancas. 

Billie Jean se llevó el partido con un terminante 6-4, 6-3, 6-3 y también el orgullo masculino de Bobby. King había estudiado los motivos de la derrota de Margaret y decidió jugarle a Riggs de manera defensiva, al contrario de la agresividad que la caracterizaba, para que él se viera forzado a cambiar su estrategia de juego por una de servicio y volea en la red. 

Los críticos especializados le dedicaron varios párrafos a la diferencia de 26 años entre los jugadores en la que para ellos radicaba el motivo de la victoria de Billie Jean, cuando poco se habían expresado acerca de esa razón en el primer partido del hombre de las cinco décadas y Court. 

 18 años atrás, en septiembre de 1992, se disputó la tercera edición de esta batalla hombre versus mujer en el Caesars Palace de Las Vegas. Esta vez con Jimmy Connors y Martina Navratilova enfrentándose en un solo set y una absurda ventaja para la checa: poder utilizar los límites de dobles. Sin embargo, Jimmy venció por 6-1.

En el historial las tenistas pierden 2 a 1 pero sin embargo con el correr de los años lograron un triunfo mucho más significativo y que va más allá del espectáculo, el de igualar los premios que reparten los cuatro Grand Slams. En 2005 el turno fue del Australian Open, Roland Garros y el US Open, mientras que dos temporadas más tarde se sumó el primero de todos, Wimbledon. 

 Aún así, las discusiones acerca de cuanto más son capaces las mujeres con respecto a los hombres en el deporte (y no sólo en esta área) seguramente no acabarán jamás. Se convirtió en el deporte predilecto de ambos sexos con el correr de los siglos.