8 jun 2011

¿Qué esconde Roland Garros?



“Game, set, match, championship”. Hombres, mujeres, profesionales, amateurs, singlistas, doblistas y juniors desplomados en el piso naranja con el polvo de ladrillo impregnándose en su cuerpo como si fuera una parte más de ellos. Desde cada centímetro de su piel se filtra el placer de alcanzar la gloria, el goce del esfuerzo recompensado. Del otro lado de la red, la desazón, la frustación, la tranquilidad por haber entregado todo, la certeza que se pudo haber jugado mejor. Antagónicas, todas las emociones juntas, adentro de una cancha. 

Roland Garros alberga un recorte de la historia del tenis, de la historia de miles de deportistas que allí depositaron sus ilusiones y también un poco de la historia de personas que se ilusionaron con un futuro diferente. 

Desde 1940 a 1945 la Segunda Guerra Mundial impidió que el Grand Slam se disputase, pero sin embargo en sus canchas había trabajo. El gobierno francés destinó las tres hectáreas cedidas por el Stade Francais para alojar disidentes políticos, extranjeros y cualquier sospechoso. Las canchas de Roland Garros fueron utilizadas en 1940, cuando Adolf Hitler estaba en posesión de París, como campo de concentración. Era un lugar de paso. Allí se mantenía a los detenidos, en su mayoría judíos, hasta que eran derivados a diferentes lugares. 

Artur Koestler, escritor húngaro de orígen judío, estuvo apresado en las canchas galas y en su libro “Oscuridad al mediodía” relata su experiencia. 

“Dormíamos sobre paja mojada porque había goteras y estábamos tan apretujados que nos sentíamos como sardinas(...) En Roland Garros nos autodenominábamos cavernícolas, unos 600 de nosotros vivíamos debajo de las escaleras del estadio”. 

Koestler, también conocido por su militancia política y autodefinido como “comunista romántico”, logró escapar de la persecución alemana e instalarse en Gran Bretaña, donde se suicidó el 3 de marzo de 1983 por un largo padecimiento de leucemia y Parkinson. 

En la historia oficial que la Federación Francesa de Tenis divulga sobre éste Grand Slam, no aparece ni un capítulo dedicado a los años oscuros que se vivieron. La ignorancia y el silencio parecen ser mejor remedio que la responsabilidad. Según ellos, todo es un mito y la realidad es que se confundió su predio con el Valedrome, que también se utlizó como campo de concentración nazi. Las palabras inmortales de Koestler narran otra versión de los hechos.